República Dominicana: Adolescente con discapacidad víctima de violación y forzada a dar a luz; madre enfrenta cargos de negligencia mientras el agresor permanece en libertad | EL PAÍS América
Su madre lo detectó en julio. Notó un pequeño bulto en el abdomen de su hija Luz (nombre ficticio) que la llenó de preocupación. Acudieron a urgencias y recibieron una noticia que doña Flor nunca había imaginado: su hija de apenas 14 años estaba en estado de embarazo de cuatro meses. Debido a la severa discapacidad cognitiva de Luz, que le impide hablar y moverse por sí misma, el único escenario posible era la violación. Tras presentar una denuncia, no solo fracasaron en encontrar justicia, sino que la menor fue institucionalizada y separada de su madre. El Estado de la República Dominicana la acusa de negligencia, argumentando que la adolescente “fue víctima de abuso sexual bajo la responsabilidad de su madre”. Además, Luz fue forzada a dar a luz a pesar de que los médicos preveían un embarazo de alto riesgo, y actualmente se encuentra hospitalizada tras haber sufrido una preclampsia que la mantuvo incluso en cuidados intensivos. El violador continúa en libertad.
El 21 de agosto pasado, un juez decidió aplicar una orden de protección y remisión de la adolescente para que comenzara a vivir en las instalaciones del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani). Ingresó el 4 de septiembre, con seis meses de embarazo, ninguna cara conocida dentro y sin apenas visitas de su madre, a pesar de que la sentencia dictaba dos visitas al mes. La señora Flor pasó un mes sin siquiera conocer el paradero de su hija y su nieta, y apenas pudo hacer dos visitas en tres meses, según informa su abogada. Tampoco le dieron parte del estado de salud de su hija, ni información sobre cómo avanzaba el embarazo, ni el día de la programación de la cesárea, de acuerdo con el seguimiento de Estefanny Molina, directora legal para América Latina y el Caribe de Women’s Link Worldwide, litigante de un proceso penal en curso.
“Este caso es una cadena enorme de negligencias y fallos del Estado”, señala la abogada. “Es un caso puro y duro de violencia obstétrica en el que se han violado repetidamente los derechos de la menor y su autonomía reproductiva. Nos recuerda mucho al caso de Esperancita”, cuenta. Esperancita fue una adolescente que murió con 16 años porque los doctores primaron el embarazo antes que su leucemia. Su madre, doña Rosa, lleva más de una década repitendo lo mismo: “A mi hija la mató el Estado dominicano”. Su caso está en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.